La vida es una historia sin guion. En el que el protagonismo lo tiene quien está en segundo plano. Es un parque de atracciones en el que no hay altura mínima, pero las caídas no están libre de heridas. Es una clase de buceo sin bombona de oxigeno, en la que cuando estás a punto de ahogarte alguien te saca por las manos y respiras todo el aire que te molestó en una tarde de playa. Es un vuelo sin pista de aterrizaje, sin clase A, donde tu equipaje de mano vale menos que un abrazo una noche en la que necesitabas solo una mirada.  Es una luna casi llena, que alguien en algún lugar la ve casi vacía, porque se fija en el dedo que la señala. Es una ecuación matemática en la que todos los problemas se resuelven con palabras.